¿Qué hacer en caso de despido improcedente?
Un despido improcedente consiste en la rescisión de un contrato laboral sin acuerdo previo y sin causa aparentemente justificada. Es decir, cuando el trabajador ha cumplido con el horario, con la puntualidad requerida, con las tareas acordadas… y todos sus permisos o ausencias se dieron bajo los acuerdos del convenio colectivo que establece la ley.
Cuando un despido, en definitiva, parece haberse realizado sin una causa justificada se denomina despido improcedente, y lo primero que hay que hacer frente a un caso de este tipo es verificar que realmente haya sido improcedente, determinando si cumple los factores que deben darse en un despido de esta clase y que a continuación explicamos punto por punto.
Factores que determinan un despido improcedente
- Uno de los factores más habituales de despido improcedente, es cuando el trabajador no ha sido notificado por escrito de las faltas cometidas que en teoría estarían motivando su despido. De acuerdo con la ley laboral, el empleador debe en todo momento cumplir ciertos requisitos legales con los empleados, como es la notificación por escrito, junto a la descripción de las acciones incumplidas por parte del trabajador.
- Otra de las características que puede darse en un despido improcedente es que las causas de despido no hayan sido probadas o carezcan por completo de fundamento. El empleador debe probar que los hechos notificados son veraces y que, además, son lo suficientemente graves como para justificar el despido. También podría tratarse de que el trabajador haya incumplido alguna cláusula previamente establecida en el contrato laboral, pero igualmente debería verificarse de forma plena.
- Si el trabajador forma parte del comité de empresa o es delegado de personal dentro de la organización, es además necesario que la carta de despido venga acompañada de un expediente contradictorio.
¿Qué hacer frente a un despido improcedente?
En el caso de que el despido sea aparentemente procedente, pero el trabajador no esté de acuerdo con la decisión, tiene la posibilidad de presentar una demanda laboral. En primer lugar habrá un acto de conciliación y, de no proceder, el juez dictará sentencia.
Cuando el despido es improcedente y no existe duda al respecto, la ley siempre irá en beneficio del trabajador. El empleador en este caso tendrá dos opciones:
- Readmitir al trabajador en su puesto laboral y pagar el salario no devengado a causa del despido hasta la fecha de la sentencia. Si durante ese período el trabajador consiguió otro trabajo, el empleador estará obligado solo a pagar el período en el que el empleado estuviera en paro.
- Negarse por completo a readmitir al trabajador, en cuyo caso deberá pagar una indemnización, la cual será establecida por el juez. Si el trabajador despedido injustificadamente resulta ser enlace sindical o representante unitario de los trabajadores, el empleador no tendrá potestad sobre la decisión y solo el empleado decidirá si seguir trabajando en la empresa o no.
También se debe tener en cuenta que, además de la indemnización por despido, se debe cancelar también la liquidación por despido en caso de que no se haya hecho el día de la rescisión del contrato.
Lo importante, en cualquier caso, cuando se cree que se ha sufrido un despido improcedente, es mantener la calma y dotarse de toda la información y de todos los recursos necesarios para poder emprender acciones legales que sean capaces de resarcir el daño causado por la empresa al empleado.