La cláusula de confidencialidad está presente en la mayoría de los contratos laborales que se establecen. Algunos trabajadores lo firman sin darse cuenta, pero esto no significa que se liberen de la responsabilidad que se ha asumido y que entrañan estas cláusulas. Es interesante saber cuál es la obligación que demanda la cláusula de confidencialidad y la forma en que funciona, por lo que no dejes de leer el siguiente artículo en el que te lo contamos.
¿Cuál es la obligación que entraña una cláusula de confidencialidad?
Una cláusula de confidencialidad establece que el empleado que se contrata debe garantizar la discreción y la no revelación de algunos datos de la empresa. Cada empresa es distinta y cuenta con sus propios datos secretos, pero en términos generales dichos datos suelen tener que ver con fórmulas de recetas, sistemas gerenciales o lineamientos internos, entre otros.
La cláusula de confidencialidad debe aparecer dentro del contrato de trabajo. Es común que aparezca en los contratos a todos los niveles de una organización, sin embargo, algunos cargos laborales lo requieren con mayor precisión debido al contacto que ese cargo tendrá con respecto a los datos confidenciales de la empresa, por ejemplo, en el caso de los informáticos o trabajadores relacionados con los bancos o la hacienda pública.
Con esta cláusula de confidencialidad las empresas buscan protegerse de la competencia, por lo menos por un período prudencial de tiempo. Eso sí, las cláusulas de confidencialidad no son para toda la vida, ya que por lo general se especifica que estarán vigentes durante el tiempo que dure el contrato. Sin embargo, su duración puede ser mayor a ese tiempo en algunos casos, es decir, que aunque la relación laboral concluya el empleado se verá obligado a resguardar la información confidencial de la empresa durante un tiempo más de forma prudencial.
Esta cláusula de confidencialidad, al ser obligatoria, también conlleva una compensación económica que normalmente puede disfrutar el trabajador implicado todos los meses. Las condiciones de ese monto de compensación deben estar determinadas también en el mismo contrato laboral, o bien en el desglose del salario que debe aparecer al final del contrato.
¿Qué sucede con los trabajadores que incumplen la cláusula de confidencialidad?
Cuando un trabajador incumple la cláusula de confidencialidad firmada, puede encontrarse en dos escenarios distintos: el primero, que el trabajador incumpla la cláusula siendo trabajador regular; el segundo, que el trabajador incumpla la cláusula tras haber terminado el contrato laboral, pero no se haya terminado aún la prórroga pautada en el contrato.
En caso de que el trabajador incumpla esta cláusula siendo trabajador regular de la empresa, el acto se considerará una falta grave y podrá ser despedido sin recibir ningún tipo de indemnización, sobre todo cuando se considere que ha cometido un hecho flagrante.
En el caso de que ya no sea un trabajador regular de la empresa en el momento del incumplimiento y el contrato ya se haya extinguido, pero no así la prórroga de la cláusula correspondiente, la empresa también podría demandar por daños y perjuicios al ex trabajador.
Debemos tener en cuenta que este tipo de cláusulas se crean para proteger informaciones confidenciales que competen a una empresa, pero que generalmente deben esconderse de cara a otras posibles empresas con el fin de evitar la competencia desleal, entre otras cosas. También puede tratarse de datos privados de particulares altamente sensibles, como los ahorros, las inversiones, o datos masivos de usuarios en páginas web, mecánicas y tácticas de desarrollo…etc. En definitiva, informaciones que deben quedar única y exclusivamente en el seno de un lugar de trabajo determinado, por lo que es necesario que los trabajadores que hayan tenido acceso a dicha información, se comprometan a no desvelarla pasado el tiempo, y sobre todo cuando dejen de formar parte de la empresa.